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El debate de El País refuerza el cambio


Primer gran debate para las elecciones del 20D con la gran ausencia de Mariano Rajoy

Los candidatos a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE); Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos) debatieron ayer durante casi dos horas sobre sus propuestas electorales, en el debate organizado por el periódico EL PAÍS, el primero de la historia de nuestro país que se retransmite a través de Internet. Un coloquio ágil y vivaz, protagonizado por la ausencia de Mariano Rajoy, quien se negó a participar.

Al mismo tiempo que el actual Presidente del Gobierno se sometía en solitario a las preguntas de Pedro Piqueras en los Informativos de Telecinco, los tres candidatos del cambio expusieron las claves de sus programas electorales y mantuvieron enfrentamientos cruzados. Mientras Pablo Iglesias y Albert Rivera peleaban por ser el protagonista de la renovación política en España y equiparaban a PP y PSOE con la vieja, Pedro Sánchez se presentaba como el líder del partido político que consiguió el Estado de bienestar para todos los ciudadanos del país. “Los socialistas somos los arquitectos del Estado de Bienestar”, aseguró el socialista.

Tampoco Sánchez se libró de las disputas asemejando, primero, a Ciudadanos con el PP y la derecha (cosa en la que coincidió con el líder de Podemos) y viendo después como Iglesias le reprochaba la presencia de ex altos cargos de su partido en los consejos de administración de grandes empresas.

En relación a la política antiyihadista y la posibilidad de que España intervenga en Siria y Libia, el candidato de Ciudadanos y el del Partido Socialista han coincidido en mostrar apoyo a Francia. El de Podemos, por el contrario, afirmó que celebraría un referéndum antes de tomar cualquier decisión y argumentó que, en este sentido, los bombardeos de Afganistán, Siria, Yemen o Irak no sirvieron para nada en un pasado. De la misma forma, Iglesias identificó a Rivera con Aznar durante la Guerra de Irak e hizo ver a Pedro Sánchez la actitud reacia de su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, a las intervenciones militares.

En el bloque de las propuestas económicas destacó la disconformidad ante la pretensión de Albert Rivera de establecer un contrato único. Las medidas que llevará a cabo el líder de Ciudadanos se resumen el complemento salarial, el contrato único, la reforma del régimen de los autónomos, la rebaja del IRPF y el cambio del modelo laboral. Las de Iglesias serán la lucha contra el fraude fiscal, la bajada del IVA, impuestos a transacciones financieras y la renovación del modelo productivo, con uso de energía limpia y renovable. Por su parte el actual líder de la oposición hizo referencia a un "proyecto claro, progresista y realista" y la protección de los desempleados sin prestaciones.

En lo que sí coincidieron los tres candidatos fue en proponer acabar con el voto rogado de los emigrantes y en un plan de retorno de los jóvenes que han tenido que irse a trabajar al extranjero. En el plano educativo, Rivera reprochó a populares y socialistas las sucesivas leyes que han promulgado durante sus respectivas legislaturas. Sánchez contraatacó recriminando la presencia de copagos en el programa de Ciudadanos.

La política territorial fue otro de los puntos candentes del debate. En este plano, Rivera expuso su idea de una España en la que prime la ley frente al independentismo; Sánchez la posibilidad de una reforma constitucional e Iglesias el compromiso de celebrar un referéndum en la comunidad catalana.

El punto de la regeneración democrática se resumió en un cruce de acusaciones entre los participantes. Iglesias acusó a los socialistas de ser “los que no han metido en casos como la Púnica o los ERE”, y en este sentido aseguró que éstos “no pueden librarnos de la corrupción”. Sánchez recordó que el partido de Rivera ha apoyado al PP en la Comunidad de Madrid, donde se han producido numerosos casos de corrupción, y le ha facilitado la presidencia.

El capítulo de regeneración democrática terminó con un duro cruce entre los tres, arrojándose a la cabeza casos y actuaciones de cada uno. Abrió Rivera con propuestas como el fin de los aforamientos o listas abiertas, entre otras, que se recogerían en un pacto contra la corrupción. Sánchez se ha comprometido a que se persiga toda la corrupción "afecte a quien afecte". El líder de Ciudadanos mencionó el caso de los ERE en la Junta de Andalucía por parte del PSOE.

Por último, Pedro Sánchez incriminó al líder de Podemos de tener por cabeza de lista por Jaén a alguien condenado por pegar a un concejal, éste a Rivera por tener un diputado en Madrid acusado de falsificar su currículum y por apoyar al PSOE en Andalucía.

Como conclusión, Rivera apeló a "recuperar el orgullo de ser español con un nuevo proyecto común para España"; Iglesias pidió la lectura de los programas y la diferenciación entre "inmovilistas y los que quieren cambio" y Sánchez reivindicó los "avances logrados juntos con gobiernos socialistas para liderar la España de las oportunidades, porque sabemos hacerlo y vamos a volver a hacerlo".

Fuentes consultadas

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